Duelen los gritos,
Duelen los maltratos,
Duelen los reproches,
Duelen los insultos a cada rato.
Duelen los engaños,
Duelen las mentiras,
Duelen los recuerdos,
Duelen las miradas de rencor y de malicia.
Duelen las mañanas conflictivas,
Duelen las noches de discusiones,
Duelen las madrugadas de problemas,
Duele ver a los niños creciendo en ese dilema.
Duele sufrir cada día,
En un callejón sin salida,
En una lucha constante,
Si te quedas o te marchas algún día.
Te señalan por tus errores,
Se burlan de tus desdichas,
Te culpan de sus desgracias,
Y se olvidan que pecan cada día.
Por más que lo intentes,
Por más que te esfuerces,
No cambiará su temperamento,
Y no sabrás lo que pasa por su mente.
No quieres más conflicto,
No quieres más reproches,
No quieres ser culpable,
De traumas y frustraciones.
Pides ayuda y fortaleza,
Al padre que está en los cielos,
Porque solo no puedes,
Continuar el sendero.
Quieres triunfar en la vida,
Y salir del agujero negro,
Por eso imploras que esté a tu lado,
Y que te saque de ese infierno.
Suplicas que no te desampare,
Que te Proteja con su amor infinito,
Porque si te deja un momento,
Te vuelven pedacitos.
Quieres hacer lo correcto,
Y enseñarle a tus tesoritos
Que tu amor por ellos,
Es hermoso e infinito.
Escrito por: Marianny Padovani
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